El patriarca del GULAG, Serafim de Solovkí, y el fundador de la IOR (Iglesia Ortodoxa Rusa), el metropolita Sergui Stragorodsky, estaban en diferentes ejércitos, enfrentados. Pero así lo había decidido el Altísimo: el efímero Sergui Stragorodsky, terriblemente perturbado por su propia paranoia, con gastritis y úlcera, muere sin llegar a los 70 años: el falso heredero, el producto de Beria. A nuestros padres, sin embargo, el Buen Dios los protegió en Solovkí. A ninguno de los hermanos de Serafim los pudieron matar malvadamente. Dios dispuso que murieran de muerte natural. Sergui Stragorodsky prohibió que celebraran misas de cuerpo presente por ellos, para que murieran como perros, ‘sectarios’, ‘catacumbarios’... y la Suma Sacerdotisa Celestial dispuso que los ángeles rezaran por ellos. Y no se les concedía un lecho sosegado ni defunción serena en la Tierra, mas los ángeles los elevaban al tálamo de dormición22 y conducían por las puertas de la vida eterna. El Buen Dios lo dispuso así: ninguna bayoneta tocó a ninguno de nuestros padres. Y nuestro padre Serafim fue testigo de cómo los ángeles iban a sus lechos mortales de dormición. ¡Y cómo los difuntos recientes regresaban a las liturgias!...
¡Qué sosiego maravilloso se manifestaba en los rostros de los difuntos! Se instalaban en el santo estar23. Y no solo algunos paladines, sino toda la Iglesia vencía a la muerte; la Iglesia auténtica, la virgen pura, se hacía merecedora del lecho de dormición. En verdad, tras el segundo Gólgota de Cristo, se cumplió el Lecho de Dormición de Su Iglesia. Y tras Cristo, al lecho de Dormición ascendió misteriosamente la Madre Iglesia cubierta con el sudario, la mártir santa.
Los bolcheviques se mofaban de la Iglesia roja y despreciaban a los conformistas. Pero la verdadera estaba custodiada por el Altísimo en las catacumbas. Los rojos esperaban que nadie saliera vivo de los campos del GULAG. Pero el Padre Celestial ya había decidido todo y no pudieron hacer nada. Y nuestro padre bienaventurado, el anciano Serafim, aguardó su hora, cuando a los 94 años endijo a Guennady Sekach para que fuera el heredero de la Iglesia de Solovkí.
22 Lecho de dormición — Aquí: esfera del estado espiritual del ungido, en la cual su alma pasa a la eternidad, elevándose a la esfera de la Madre de Dios de la Asunción. El tálamo del beato fallecimiento.
23 Santo estar (otro estar, eterno estar. Eslav.: pakibytié, Ingl.: holy being, Griego: palingenesía) — término único en la enseñanza del autor que principalmente significa la esfera fragante mística de la Iglesia verdadera, donde permanece el Cáliz del Grial con sus 144 castillos.
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